21 de febrero de 2014

"Necesitamos"




Necesitamos... un borrador, para borrar de nuestra historia todo lo que nos haga daño.
Unas tijeras, para cortar todo aquello que nos impide crecer.
Una tinaja, para añejar el cariño y la madurez del amor.
Un frasco transparente, para conservar las sonrisas y sin tapa para escuchar su alegre sonido.

Unos lentes, correctores de la visión de la vida, que nos permitan observar con amor al prójimo
y a la naturaleza.

Una ardilla, que nos indique como trepar por las ramas del árbol de la sabiduría.
Unas agujas grandes, para tejer sueños e ilusiones.
Un cofre, para guardar todos los recuerdos que construyen y dan vida.

Un cierre (zipper), que permita abrir la mente cuando se desee encontrar respuestas,
otro para cerrar nuestra boca cuando sea necesario, y otro para abrir nuestro corazón.

Un rebobinador de películas, para recordar los momentos más felices en nuestras vidas.
Un reloj, para darle todo el tiempo al amor y al amar.
Los zapatos de la ética y la moral, para pisar firme y seguro por donde quiera que vamos.
Una balanza, para pesar todo lo vivido y todo lo experimentado.
Un pájaro, para que nos enseñe a volar alto y cantar con libertad.
Un detergente, para quitar las manchas de las máscaras que usamos a diario.
Un espejo, para admirar una de las obras más perfectas de DIOS...

13 de febrero de 2014

"Las Mano de Dios"


Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados, cuando la tierra
esta quebrada y abandonada. Cuando miro tantos niños abandonados, tantos hermanos que lloran , tantas guerras.
Cuando miro las lagrimas , la baja estima , la tristeza , los odios , el inconformismo ....... me
pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?
Cuando observo la injusticia, la corrupción, el que explota al débil. Cuando veo al prepotente y pedante,
enriquecerse del ignorante y del pobre, del obrero y del campesino carente de recursos para defender sus derechos,
me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?


Cuando contemplo a esa anciana olvidada, cuando su mirada es nostálgica y balbucea aún palabras de amor
por el hijo que la abandonó, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?

Cuando miro a ese joven, antes fuerte y decidido, ahora embrutecido por la droga y el alcohol. Cuando
veo titubeante lo que antes era una inteligencia brillante y ahora con harapos, sin rumbo, sin destino; me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?


Cuando esa chiquilla que debería soñar en fantasías, la veo arrastrar la existencia y en su rostro se refleja ya
el hastío de vivir, y buscando sobrevivir se pinta la boca y se ciñe el vestido y sale a vender su cuerpo; me pregunto:
¿Dónde están las manos de Dios?
Cuando aquél pequeño a las tres de la madrugada me ofrece su periódico o su miserable cajita de dulces sin
vender. Cuando lo veo dormir en la puerta de un zaguán o debajo de algún puente titiritando de frío, con unos
cuantos periódicos que cubren sufrágil cuerpecito. Cuando su mirada me reclama una caricia, cuando
lo veo sin esperanza vagar con la única compañía de un perro callejero, me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?

Y me enfrento a él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor?, para luchar por la justicia, para dar
una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados.

Después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó: ¿No te has dado cuenta que TÚ eres mis manos?.
¡Atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar las estrellas!


Y entonces comprendí que las manos de Dios somos TÚ y YO. Nosotros somos los que tenemos la voluntad,
el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y más justo, aquellos cuyos ideales sean más altos
que no puedan acudir a la llamada del destino, aquellos que desafiando el dolor, la crítica, la blasfemia,
se reten a sí mismos para ser las manos de Dios.
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar. Te pido
perdón por el amor que me diste y que no he sabido compartir. Sé que las debo usar para amar y conquistar la grandeza
de la creación. El mundo necesita esas manos llenas de ideales y estrellas, cuya obra magna sea contribuir día a día a forjar
una civilización. Unas manos que busquen valores superiores, que compartan generosamente lo que Dios nos ha dado
y puedan al final llegar vacías al cielo porque entregaron todo el amor para el que fueron creadas...

Y entonces Dios seguramente dirá: ESTAS, ¡SON MIS MANOS!

10 de febrero de 2014

"La Familia"



Esta es la historia de un padre que iba con su hijo en un tren de regreso a su hogar. E l niño le estaba haciendo muchas preguntas a su padre, lo cual le estaba molestando y se mortificaba pensando como controlaría a su hijo.El padre se hizo esta pregunta ¨¿Cómo yo callaré a éste niño? A su lado había un periódico, lo tomó en sus manos y buscó un mapa del mundo que había en este. Lo rompió en pedazos y le dijo a su hijo: Tóma, arregla esto, es un mapa del mundo roto¨.
Al poco rato el niño le dijo a su padre: ¨Papi terminé¨, el padre asombrado respondió: ¨¿Cómo es posible?¨ El niño mirando a su padre añadió: ¨Bueno papi, tu no te diste cuenta que por la parte de atrás había una familia, yo arreglé la familia de allí que estaba rota y el mundo se arregló solo.
EL PADRE NUNCA OLVIDÓ AQUELLA EXPERIENCIA.