30 de noviembre de 2013

La Tiendita del Cielo





Andaba yo por la carretera de la vida tiempo atrás y un día vi un letrero que decía : "La Tienda del cielo".
Cuando me aproximé, la puerta se abrió... y cuando me dí cuenta ya había entrado. Vi grupos de ÁNGELES por todos lados!
Uno me dio una cesta y dijo: "Hijo mío, compra todo lo que quieras, En la tienda hay todo lo que un cristiano necesita... Y lo que no puedas cargar hoy, puedes volver mañana y llevarlo sin problemas ".Lo primero que agarré fue PACIENCIA y luego AMOR, estaban en el mismo estante.
Mas adelante estaba la COMPRENSIÓN y también la compré; iba a necesitarla donde quiera que fuera. Compré, además, dos cajas de SABIDURÍA y dos bolsas de FE. No pude dejar de lado al ESPÍRITU SANTO pues estaba en todo el lugar...
Me detuve un poco para comprar, FUERZA y CORAJE pues, me ayudarían mucho en esta carrera de la vida. Cuando ya tenía casi llena la cesta, recordé que me hacía falta un poco de GRACIA, BENDICIÓN, y que no me debía olvidar de la SALVACIÓN Esta la ofrecían GRATIS!!! Entonces tomé una buena porción de cada una: Suficiente para salvarme y para salvarte!
Caminé hacia el cajero para pagar la cuenta, ya tenía todo para hacer la voluntad del MAESTRO Cuando iba llegando a la caja, vi la ORACIÓN y la agregué a mi canasta ya repleta. Sabía que cuando saliera la usaría.
La PAZ y la FELICIDAD estaban en unos estantes pequeños, aproveché para cargarlos; la ALEGRÍA colgaba del techo, agarré un paquete para mí.Llegué al cajero y le pregunté: ¿Cuánto debo? Él sonrió y me contestó:
"Lleva tu cesta donde quiera que vayas". Una vez más, sonreí y pregunté: "¿Cuánto realmente yo debo ?"
El sonrió otra vez y dijo: "Hijo mio, no te preocupes, Jesús pagó la cuenta hace mucho, mucho tiempo atrás". "Todo lo que pidas en plegaria, con fe, lo recibirás".

26 de noviembre de 2013

Historia para Recordar




Esta es la historia que le ocurrió hace muchos años a una profesora de una escuela elemental. Su nombre era MS. Murga. Cuando se paró al frente de su clase del Quinto Grado el primer día de clases, les dijo una mentira.
Como la mayoría de los profesores, ella miró a sus alumnos y dijo que los amaba a todos por igual. Pero eso era imposible porque allí, en la primera fila, estaba un niño llamado Lolo Sánchez.
MS. Murga había visto a Lolo el año anterior y notó que el no jugaba bien con los otros muchachos, que su ropa era desordenada y que necesitaba bañarse. Llegó al punto, en que MS. Murga realmente se deleitara con un lapicero grueso de color rojo, marcando una X y luego poniendo un CERO enorme sobre las tareas de Lolo.
En el colegio donde MS. Murga enseñaba, ella tenía que revisar los registros pasados de cada alumno y puso el de Lolo para el último. Sin embargo, cuando revisó su archivo, se sorprendió.
La profesora del Primer Grado de Lolo escribió: "Lolo es un chico brillante con una sonrisa en los labios. Hace su trabajo limpiamente y tiene buenos modales... es un deleite que esté con nosotros".
El profesor del Segundo Grado escribió: "Lolo es un excelente estudiante, bien querido por sus compañeros, pero esta en problemas porque su madre tiene una enfermedad terminal y su vida en casa debe ser sofocante." Su profesora del Tercer Grado escribió, "La muerte de su madre ha sido muy dura para Lolo. Él trata de hacerlo mejor posible, pero su padre no muestra mucho interés y su vida en casa pronto le afectará si no se toman las medidas convenientes."
La profesora del Cuarto Grado escribió, "Lolo está aislado y no muestra interés en el colegio. No tiene muchos amigos y algunas veces se duerme en clase."
A estas alturas, MS. Murga se había dado cuenta del problema y estuvo avergonzada de sí misma. Ella se sintió aún peor cuando sus alumnos le trajeron regalos por Navidad, envueltos en vistosos papeles y hermosos listones, excepto el de Lolo. Su regalo había sido descuidadamente envuelto en un papel marrón, que recortó de una bolsa de los supermercados. A Mes. Murga le causó dolor abrirlo en medio de los otros regalos. Algunos de los chicos comenzaron a reírse cuando encontró un brazalete con algunas piedras faltando y un frasco de perfume a punto de acabarse, pero ella silenció las risas de los niños cuando exclamó "¡Qué bello brazalete!", Colocándoselo y aplicándose un poco del perfume en la muñeca.
Ese día, Lolo se quedó hasta tarde en el colegio, para decirle: "MS Murga, hoy usted olía como mi mamá lo hacía en nuestra ultima Navidad."
Después que los chicos se fueron, lloró por lo menos una hora. Ese mismo día, dejó de enseñar lectura, escritura y aritmética. Es su lugar, empezó a enseñar a los niños.
MS. Murga puso especial atención a Lolo. Mientras ella trabajaba con él, la mente de Lolo parecía tomar vida. Mientras más aliento le daba ella, más rápido respondía él. Al final del año, Lolo llego a ser uno de los chicos más destacados de la clase y a pesar de su mentira que ella los amaba a todos por igual, Lolo llegó a ser el "preferido de la profesora."
Un año mas tarde, encontró una nota bajo la puerta. Era de Lolo, diciéndole que ella aún seguía siendo la mejor profesora que haya tenido en su vida. Pasaron seis años mas y ella encontró otra nota de Lolo. Le decía que había terminado el colegio, como el tercero de su clase, y que ella todavía seguía siendo la mejor profesora de toda su vida.
Cuatro años más tarde, ella recibió una carta de Lolo, diciendo que aunque las cosas habían sido difíciles él seguía estudiando y que pronto se graduaría en la Universidad ocupando los más altos lugares de honor. Le aseguro a MS. Murga que ella todavía se mantenía como la profesora favorita que jamás haya tenido en su vida.
Pasaron cuatro años mas y le llega otra carta. Esta vez, Lolo le explicaba que después de haberse graduado en la Universidad, había ido un poco mas allá. La carta le explicaba que ella aún seguía siendo la maestra favorita que había tenido. Pero ahora su nombre era un poco más largo, la carta fue firmada por el Dr. Teodoro F. Sánchez.
La historia no termina allí. Hubo otra carta en los próximos meses. Lolo le dijo que había conocido a una chica y que iba a casarse. Le explico que su padre había fallecido un par de años atrás y que le gustaría saber si MS. Murga podría aceptar sentarse en el lugar que en las bodas esta reservado generalmente para la madre del novio.
Por supuesto que MS. Murga lo hizo. ¿Y adivinen que? Ella usó ese brazalete, el que le faltaba algunas piedras. Y además se aseguro de usar el perfume que a Lolo le recordara a su madre cuando pasaron la ultima Navidad juntos. Ellos se abrazaron, y cuando lo hacían, el Dr. Sánchez le susurro en el oído a MS. Murga:
"Gracias MS Murga por creer en mi. Muchísimas gracias por hacerme sentir importante y mostrarme que yo puedo hacer una diferencia". MS. Murga, con lágrimas en sus ojos, le respondió susurrando también: "Lolo, tu estás completamente equivocado. Tú fuiste quien me enseñó a mí, que podía hacer una diferencia. Yo no sabia como enseñar hasta que te conocí".

23 de noviembre de 2013

Lo Pobre que Somos


Un día el padre de una familia muy rica llevo a su hijo
de viaje al campo con el único propósito de que viera que tan pobres las
personas pueden ser. Dispuso de varios días y varias noches en la hacienda a la cual
el consideraba que eran una familia muy pobre.
En el viaje de regreso a casa, el padre le pregunta a su hijo:
Que tal el viaje? Fue maravilloso, dice el hijo. Entonces que tu aprendiste del viaje?
pregunta el padre.
El hijo le contesta, vi que nosotros tenemos un perro y ellos tienen cuatro. Nosotros tenemos
una picina pequeña en medio del patio y ellos tienen un rio que no tiene fin. Nosotros tenemos linternas
importadas y ellos tienen las estrellas de la noche. Nuestro patio es la parte del frente y ellos tienen
todo el horizonte.
Nosotros tenemos un pequeño pedazo de tierra y ellos tienen colinas que apenas nuestra vista
alcanzan a ver. Nosotros tenemos sirvientes y ellos se sirven entre si. Nosotros
compramos los alimentos y ellos los cosechan. Nosotros tenemos paredes para proteger nuestra
propiedad y ellos tienen amigos que se la protegen.
Con esto el hijo puso a su padre a pensar. Entonces agrega gracias padre por mostrarme lo pobre
que nosotros somos.
Muchas veces olvidamos lo que tenemos por detenernos a pensar en lo que no tenemos.